Hace unas semanas tuve el placer de dialogar con el Sr. Sergio Rodriguez, sobre este magnifico proyecto, en el marco de la resolución del INVde sobre que TREVELIN se convierta en la primera Indicación Geográfica (I.G.) de Chubut, esta localidad de Argentina situada en la región de la Patagonia, en el departamento Futaleufú , ubicada al oeste de la provincia al pie de la Cordillera de los Andes. En las cercanías de Trevelin se encuentra el linde sudeste del Parque Nacional Los Alerces.
La ciudad es famosa porque en ella se dio el plebiscito de 1902 en la Escuela Número 18 de Río Corintos, donde los colonos galeses se manifestaron a favor de la soberanía argentina. Su denominación es de origen galés (en galés significa: pueblo del molino; tre =pueblo, velin = molino).
Vinos Frescos y caracteristicos |
Su clima es templado y húmedo con una estación seca marcada. La temperatura media anual es de 10 a 5 °C, siendo copiosas las nevadas durante el invierno. El reciente descenso en las precipitaciones níveas y pluviales, junto con el aumento de las temperaturas en verano conforma características climáticas que permiten el desarrollo de ciertas actividades agrícolas entre las que se encuentra la vitivinicultura. No es un dato menor el hecho de que Trevelin es un pueblo enclavado en plena Cordillera de los Andes y a tan sólo unos 385 msnm en promedio.
A partir de estas motivaciones comenzamos a hacer los estudios de prefactibilidad para ver qué tan posible era concretar ese sueño. Los estudios incluyeron análisis de suelo, pruebas de campo, análisis de registros térmicos históricos, estudio de genética de varietales de vid de climas fríos, etc. Estos datos eran de especial relevancia dado que en la localidad no existía aún el desarrollo de la actividad vitivinícola. En conclusión todos los estudios derivaron en tres datos fundamentales que permiten que se dé ésta nueva actividad en estas latitudes. Primero, cambio climático; segundo, que hubo en estas últimas décadas un gran desarrollo genético de plantas adaptadas a clima frío y por último, el desarrollo de tecnología necesaria como para sortear el desafío más grande que hay en esta latitud que es el de convivir con las heladas dentro del ciclo productivo. Nosotros vivimos en una región geográfica donde no se puede asegurar que cualquier día del año, incluyendo los meses de verano, no pueda helar, cuenta Sergio Rodriguez.
Lo anterior significa que desde que la planta comienza su actividad desde los primeros calores de la primavera hasta la cosecha en el mes de abril, está sujeta a heladas tempranas y tardías (un promedio de 30 en el total del ciclo). Esto significa que si no se protegen las uvas de esa situación podrían sufrir daño y estos daños se traducirían en la pérdida de producción; de ahí la necesidad imperiosa de contar con un buen sistema de control de heladas.
En el mundo hay muchos sistemas de control de heladas; por las condiciones climatológicas y los recursos con los que cuentan han elegido, uno que es muy amigable con el medioambiente y que se llama sistema de microaspersión.
El mismo consiste en generar una llovizna de pequeñas gotas de agua por encima del viñedo cuando la temperatura baja a 1 ° C (o sea 1 grado previo a que comience a helar). Esto hace que la totalidad de las plantas queden cubiertas por agua en estado líquido. Cuando esa temperatura inicial de 1°C baja a 0°C, esa agua que inicialmente cubría a las plantas en forma líquida pasa al estado sólido y todas nuestras plantas quedan literal e íntegramente cubiertas por una capa milimétrica de hielo. Ese hielo que se forma y se mantiene a 0°C, lejos de afectar a nuestras plantas pasa a actuar como una barrera del aire frío exterior que es menor a 0°C y que sí tendría un efecto negativo. Este sistema permite proteger al viñedo con 100% de eficiencia hasta temperaturas de -10°C (la menor que han experimentado en un período de producción fue de -7°C).
Si bien las heladas producen un gran desafío (ningún imposible) desde lo productivo, para el producto final son un gran beneficio. Ese mismo enfriamiento que se le produce al racimo de uva para protegerlo del frío provoca que los parámetros organolépticos del vino (aroma, sabor y color) se eleven muy por encima de los parámetros de la misma cepa incluso en el lugar de origen del pinot noir. Esto asociado a las características de los suelos que poseen en la viñas del nant y fall trevelin
Otras variedades que se han probado en la región obteniendo resultados similares al pinot noir son el chardonay, gewürztraminer, souvignion blanc, riesling, pinot gris, entre otras. Si bien estas variedades son blancas, han expresado un gran potencial en la producción de los vinos como así también en los ensayos que se ha hecho para bases de espumantes, dando un potencial aromático y una acidez en perfecto equilibrio con el alcohol.
En la actualidad en Viñas del Nant y Fall posee un total de 8500 plantas conformada en su mayoría por pinot noir, en menor medida gewürztraminer y riesling; sobre finales del 2018 se sumá media ha de souvignion blanc, quedando con un potencial productivo de unas 12000 botellas anuales de un vino de marcada calidad y mucha identidad propia de una nueva región geográfica.
Trevelin en la actualidad cuenta con siete viñedos lo que asciende a 10 ha aproximadamente, 3 bodegas instaladas y tres etiquetas distintas en el mercado y está en crecimiento constante.
Hoy en día Viñas del Nant y Fall tiene el orgullo de ser el primer viñedo de la localidad produciendo la primera botella en el año 2016, y desde lo turístico, hace dos años que es elegido desde Europa como mejor área de servicios.
CONTACTO: bodegadelnantyfall@gmail.com
Tel: 54 9 2945 515021
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